El reto del proyecto era conseguir una imagen atractiva para el cliente a partir de una realidad fragmentada y con numerosas dificultades. El encargo era ampliar un bar de barrio, ubicado en un edificio catalogado del centro de Madrid, incorporando el local colindante, un local comercial que había alojado numerosos negocios a lo largo de su vida.Una de las premisas era dar unidad al espacio y para ello decidimos recuperar la imagen original de la fachada aportando un carácter actual al incorporar carpinterías de hierro forjado con amplias superficies acristaladas.Uno de los mayores aciertos fue dotar a la bóveda de ladrillo del sótano, una antigua carbonera, el uso de espacio de espectáculos, y cuyo resultado estamos comprobando todos los fines de semana.
La ubicación del proyecto es aproximada por privacidad del propietario: